¿Cómo crecen las semillas?

La semilla es el resultado de la fecundación. Se aloja dentro del fruto y permite la multiplicación y dispersión de la planta.

Cada semilla está formada por tres partes: el embrión, el albumen y los tegumentos. La semilla proporciona alimento almacenado al embrión para que pueda vivir hasta que germine y forme una planta nueva.

¿Cómo crecen las semillas?

Formación de la semilla

Tras la fecundación de la flor los sépalos, los pétalos, los estambres, el estigma y el estilo suelen marchitarse y caer. Las distintas partes del óvulo se van transformando.

Cuando la semilla tiene la cantidad necesaria de reservas y el embrión está formado, se dice que ya está madura junto con todo el fruto. Para lograr que el fruto se desprenda de la planta y así llevar la semilla al suelo se debe estar en el punto de maduración total.

Tanto la fruta como la semilla trabajan en conjunto, una fruta inmadura con una semilla madura no logrará una eficaz fecundación y viceversa.

La germinación en la semilla

Después de un período más o menos largo de reposo, la semilla inicia el proceso de la germinación y el embrión retoma su desarrollo.

Para que una semilla germine necesita estar madura, que su embrión esté en buenas condiciones. Además, debe recibir del entorno la humedad, el calor y el oxígeno suficientes para desarrollarse y formar una nueva planta.

Durante la germinación la semilla absorbe grandes cantidades de agua, sus tejidos internos (el albumen) se hinchan y rompen los tegumentos de protección (la testa). En poco tiempo el embrión se transforma en una pequeña plántula, con una pequeña raíz (la radícula) y cotiledones.

La plántula

Al recibir agua, se ras el tegumento y aparece la radícula que se afirma en el suelo. En dirección opuesta a la radícula se asoma el talluelo. Va creciendo hacia arriba hasta que sale de la tierra. Finalmente, el talluelo se convierte en tallo y le empiezan a crecer las hojas.


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